Los aromas tienen efectos poderosos sobre las emociones humanas, (las condiciones psicológicas y el bienestar) porque estos son percibidos por nuestro sentido del olfato en estrecha conexión con las partes emocionales del cerebro.
Ya que los perfumes tienen innegablemente el propósito de estimular las sensaciones de placer, debemos comenzar preguntándonos: Cuáles son las causas usuales de dichas sensaciones? Un aroma nos puede ser placentero únicamente si una sensación de placer – causada por ciertas propiedades de los objetos, otros humanos o por nosotros mismos- nos es inducida a través de él.
La descripción de un olor como agradable o desagradable es puramente individual y depende en parte de las asociaciones mentales o subconscientes provocadas por los olores en particular. Dichas asociaciones cambian con las condiciones físicas del cuerpo Por ejemplo para una persona hambrienta el olor a comida le parecerá atractivo pero no lo será luego de una comilona.
Y varían en la percepción de cada individuo.
También los compuestos aromáticos difieren en el tipo de emociones que producen.
La idea de que los aromas no sólo son placenteros sino que también pueden afectar nuestra condición psicológica se remonta desde la cultura greco romana. Y ha tomado particular interés en la actualidad en el arte de la aromaterapia; en el uso de fragancias en espacios públicos tales como oficinas, comercios, lobbies de hoteles y en el consumo de productos perfumados.
Hoy en día está emergiendo en paralelo con la psicología y la medicina, una significativa interrelación entre un estado de emociones positivas y la salud. Ha llegado a demostrarse que las fragancias pueden conducir a un estado emocional positivo que resulta en efectos temporarios sobre la salud física y mental.
@SYLVIEGABAZ
