Combinar perfumes para crear un olor personalizado es siempre un tema delicado. Si bien no soy del todo partidaria de esta práctica, pues pienso que un perfume en sí mismo debe ser una historia completa, la idea de vez en cuando enciende la curiosidad por la búsqueda de algo diferente.
Las combinaciones pueden ser variadas, pero no deberían de usarse más de dos olores diferentes:
– Usando dos fragancias.
– Usando una fragancia y un producto corporal perfumado diferentes.
– Aplicando distintos olores en diferentes partes del cuerpo, como el cabello y la zona de las rodillas.
Sea cual sea la opción elegida hay que tener en cuenta algunos principios básicos:
-Para que las fragancias combinen bien deben de ser olores compatibles. Esto supone conocer algo sobre cómo combinan entre sí ciertos olores o entender los matices de una materia protagonista de un perfume para acentuar algo. Por ejemplo, la rosa va bien con la violeta o con los frutos rojos.
– Los olores no deben competir entre sí: deben de complementarse. Para que esto sea así usando dos productos acabados, uno de ellos debe de ser más complejo y jugará el rol principal ej: un perfume amaderado suave y otro debe de ser más sencillo y ligero para acentuar o variar algo ej: un perfume cítrico o un soliflor.
-Otro aspecto a considerar para evitar la competición de olores es tener muy en cuenta la intensidad y fijación del producto, y aplicarlos en consecuencia. Lo más recomendable es que uno de los productos se use con mayor profusión y el otro sea aplicado con mano de hada.
@SYLVIEGABAZ